Portada la isla del doctor Moreauuu

La isla del Doctor Moreauuu

Una descabellada obra de teatro

«La isla del Doctor Moreauuu» es nuestra particular, desmedida y satírica versión de una película de culto, pasemos conocer en primer lugar cuál es este filme que nos ha inspirado. En el año 1896 el brillante escritor H. G. Wells escribió una obra de ciencia ficción que versaba sobre la idea de jugar a ser Dios, las diferencias entre la esencia animal y la humana y el concepto del darwinismo, la obra recibió el nombre de “La isla del Doctor Moreau”. La narración nos sitúa en una apartada y aparentemente deshabitada isla en el Pacífico a la que va a dar Edward Prendick tras su naufragio, allí se encuentra primero con Montgomery quien resulta ser el ayudante del famoso y desaparecido doctor Moreau. En el paraje tropical, el científico da rienda suelta a sus maquiavélicos experimentos con animales e inicia su reinado del terror: Moreau quiere convertir a los animales en humanos. En aquel entonces el autor no podía saber que un siglo después, curiosamente en el año 1996, una esperpéntica película, inspirada en su relato, vería la luz, convirtiéndose en todo un experimento fílmico y en una de las experiencias más surrealistas que ha tenido la suerte o la desgracia de pasar a la posteridad en el olimpo Holliwoodiense. La película de los noventa no era la primera adaptación de la historia de Moreau que se había realizado, pero en esta ocasión el proyecto prometía ser una versión muy personal y artística de la mano de su inexperto director, Richard Stanley, quien había luchado para que los productores se interesaran en su visión, consiguiendo el visto bueno e incluso contando con cabezas de cartel como Marlon Brando y Val Kilmer, pero las cosas se le volverían en contra al incauto director, hasta el punto de ser sustituido por otro en mitad del rodaje, John Frankenheimer, pues fue incapaz de lidiar con el absoluto caos que se le vino encima: huracanes destrozando la escenografía, estrellas de Hollywood parasitando la dirección del rodaje, extras descontrolados y un largo etcétera de causas desastrosas, que están maravillosamente recogidas en el documental “Lost Soul: El viaje maldito de Richard Stanley a la isla del Dr. Moreau” del 2014, documental muy recomendable. Si bien la adaptación cinematográfica noventera jamás pasará a la historia por ser una película redonda, sin duda su esencia, ese intento desesperado y excesivo por sacar adelante un producto en el que “no había nadie al volante”, con cambios de director de por medio, figurantes sumergidos en una ola de sexo, drogas y rock and roll, peleas de egos de los actores principales y el fantasma de la bancarrota amenazando con cerrar el chiringuito, se convirtió en un episodio lleno de dramatismo, locura y sin sentidos que la ha hecho blanco irresistible para transformarse en caldo de cultivo de una disparatada obra de teatro.

Años noventa, ay, maravillosos años para la exageración. La casi obsesiva búsqueda de los extremos del dramatismo produjo niños cinematográficos de escasa credibilidad, pero de deliciosa intensidad dramática. Al final la parodia es la respuesta obligatoria a una película en la que todo salió mal. Así que aquí estamos, tras hacer una dramaturgia que mezcla los hechos de la novela con el toque humorístico que se destila, muy a su pesar, de la versión para la gran pantalla, con una propuesta gamberra que bebe de lo bizarro y lo exagerado, para crear una ficción teatral tremendamente genuina.

La isla del doctor Moreauuu - Drogando a las bestias
Waggi, Assasimon, M´Ling, Montgomery y Cabra

Estaremos en ruta sobre los escenarios asturianos con «La isla del doctor Moreauuu» en el próximo mes de junio, los días lunes 19 en la Capilla de los Dolores de Grao, martes 20 en la Casa de Cultura de Lugones y martes 27 en el Auditorio de Pravia, las horas serán prontamente publicadas.

Apuntarse a una clase de interpretación actoral

Los incautos alumnos se enfrentan ahora con el montaje teatral de una comedia muy canalla, muy satírica y muy intensa. Muchos llevan varios cursos conmigo, otros es la primera vez que se enfrentan a la experiencia teatral y otros, como Susana Martínez, quien interpreta a M´Ling, uno de los hijos bestiales del doctor, un entusiasta mono manitas, que llegaron desde otras islas artísticas y se amarraron aquí en Viesqueswood.

Hace tiempo que me llamaba la atención el mundo de la interpretación, vengo del mundo de la música y fue algo que valoré en su momento para ayudarme a romper esa tensión que genera subir a un escenario. Lo consideraba un valor añadido, tanto para esto, como para mi trabajo, en el que tengo que hablar en público en muchas ocasiones.

Para ella la experiencia está suponiendo mucho más de lo que se imaginaba al principio:

… el aprendizaje de que equivocarse es sólo el hecho de no haberlo intentado, (…) sacar lo mejor que tengas dentro y aprovechar el talento, cosa que se traduce en infinidad de cosas que haces bien y desconocías.

También nos habla del valor del compañerismo:

… me quedo con la imagen detrás del escenario, donde estás a punto de salir y entre todos nos ayudamos a vestirse, a maquillarse, a repasar el guion (…) Me pareció un momento mágico. Y siempre, siempre, con una sonrisa en la cara.

Un veterano alumno como Miguel Cueto, que encarna al eminente doctor Moreau, se enfrenta ahora al trabajo en “La isla del Doctor Moreauuu” como una prueba de fuego para su timidez:

Es una etapa en mi aprendizaje de la comunicación tanto corporal como hablada

Sintiéndolo como un escalón más para conquistar esas pequeñas batallas con uno mismo, como por ejemplo.

… el aprendizaje a articular y vocalizar mejor.

¿Con qué cosas va a encontrarse el público en «La isla del Doctor Moreauuu» ?

En realidad, no sabemos muy bien cómo va a reaccionar el público ante la representación, ¿qué artista sabe a ciencia cierta qué reacciones puede causar su obra en la audiencia? Tal y como apunta Susana:

Me imagino que si conocen la obra original esperarán algo menos dantesco de lo que van a ver…

Pero estamos convencidos de que si realmente aman el pasar un buen rato.

No se van a poder quitar la risa del cuerpo.

Otros alumnos, como Daniel García, quien tiene la responsabilidad de dar vida a Montgomery, el neurocirujano hippy ayudante del doctor, apunta más alto:

El público va a flipar, palabra.

Y eso es porque el proyecto de «La isla del doctor Moreauuu» es una obra que busca la libertad. Ya sea porque está libre de estereotipos, se buscan situaciones sin complejos, o llena de estereotipos, si pensamos que son personajes hipersatirizados, o por sutilezas poco sutiles o por su no miedo al qué dirán, el proyecto nos apasiona.

La isla del doctor Moreauuu - ensayando una escena con mucha tensión
Cerdo-Hiena, M´Ling, Montgomery, Assasimon, Tortuga Y Waggi

Todo el humor presente en la obra es gamberro e inteligente a partes iguales y pretende mantener la libertad de expresión y la libertad respecto al humor en general …

Prosigue Dani:

Estamos hablando de una historia en la que un doctor loco y soberbio ha mezclado ADN humano y animal y ha conseguido crear a bichos que no son ni lo uno ni lo otro, es decir una suerte de pseudoanimales humanoides que están más mal de la cabeza que otra cosa. Habrá humor de todo y hacia todo, habrá locura, habrá drogas, partos, disparos y muchas cosas bonitas más.

La cosa promete no dejar títere sin cabeza, ni cabeza sin títere en «La isla del doctor Moreauuu«.

Aspecto más complicado / más sorprendente de «La isla del doctor Moreauuu»

Lo bonito de apuntarse a una clase de teatro, o por lo menos es como una servidora lo ve, es enfrentarse a un reto. En Viesqueswood siempre pretendemos que lo que tengamos entre manos sea algo que entrañe cierta dificultad, pues a través del esfuerzo y la dedicación es como se obtienen los frutos del conocimiento. La base que teníamos con la película era genial. Muy a su pesar, los esfuerzos realizados por el equipo técnico y artístico por hacer una película memorablemente épica y tenebrosa fracasaron estrepitosamente. Lo que sí trasmite la fantasía de los noventa es un entrañable despropósito. Todo ha funcionado muy bien para garantizar la parodia, la sátira y el humor absurdo. Los personajes de nuestra obra se inspiran en el trabajo actoral de los de la pantalla, así que la idea era tomarlos como referencia a la hora de que los alumnos prepararan sus papeles. Entonces la película se convirtió en el primer y más claro referente actoral para el trabajo de los alumnos.

Por un lado, tenían los egos megalodónticos de las estrellas de Hollywood; un incongruente Marlon Brando caracterizado por la desidia hacia su profesión, manteniendo ideas peregrinas, como la de llevar una cubitera en la cabeza para combatir el calor, no haberse leído el guion o llevar pinganillo, o un Val Kilmer, estrellita avasalladora, más preocupado por destacar en cada plano que en la coherencia de la historia. Eso hace que los personajes del doctor Moreau y de Montgomery en nuestra obra, sean totalmente esperpénticos.

Por otro lado, estaba la referencia de aquellos actores que en la pantalla sólo querían hacer bien su trabajo, que querían investigar y prepararse sus personajes, pero quienes iban como “pollos sin cabeza”, sin directrices claras y a merced de las luchas de egos de las estrellas principales que los dejaban sin opciones para poder realizar su trabajo con tranquilidad. Esto se refleja en personajes como el de Edward, quien permanece alucinado durante toda la acción dramática.

Y por último, está el ejemplo de las criaturas, los actores que interpretaban a los animales fruto de los experimentos del doctor, hermosas caracterizaciones fruto del excelente trabajo del genio Stan Winston, y que componen toda una galería de puzles de animales, grotescos y bestiales. Algunos muy llamativos y de imposible clasificación. En nuestra versión llevamos sus características de animal al extremo, para divertirnos con los estereotipados comportamientos asociados a cada animal, como, por ejemplo, Waggi, una vaca de ubres generosas, o Azazello, el hombre perro que come en un plato en el suelo, entre otros.

La isla del doctor Moreauuu - Recibiendo instrucciones
Waggi, M´Ling y Montgomery recibiendo instrucciones

Por ello, “La isla del doctor Moreauuu” es una propuesta que propone una comedia loca, con personajes esperpénticos, y situaciones que buscan forzar lo ridículo para provocar contraste y ruptura. Así, el proceso de preparar la obra está despertando aspectos sorprendentes y complejos para los alumnos. Para Susana, lo más complicado está siendo enfrentarse a la sensación de ridículo:

… estás con un grupo de personas que no conoces y te pones en situaciones bochornosas y eso en algún momento te hace salir de tu zona de confort. Lo sorprenderte es que estoy aprendiendo a sentirme cómoda en esas situaciones, a reírme de ellas y a terminar la clase satisfecha y con una sensación muy positiva…

Siempre les digo a mis alumnos que en una clase todo es bienvenido, que no se preocupen por hacer las cosas bien o mal, si no que se dejen llevar por su instinto y su imaginación. Lo bueno es que, como es teatro, es una ficción, por lo que nada de lo que creemos en la clase puede hacerles daño porque es una invención que sólo tiene cabida en los instantes y momentos precisos que se comparten con los compañeros y, más adelante, cuando llegue la ocasión, con el público. Es un momento de desconexión maravilloso. Susana va un poco más allá y es capaz de enlazar teatro y vida:

… considero que el teatro es algo muy importante para la vida, porque nos hace perder el
sentido del ridículo, algo que nosotros mismos generamos y nos hace sentir mal y no actuar
con naturalidad en muchas ocasiones.

Haciendo teatro conoceremos la valentía y la seguridad que se sienten cuando nos enfrentamos a nuestros miedos. El desafío del proceso que planteamos con esta obra, se materializa para Marta Fernández, encargada de dar vida a Aissa, la gatita, una de las creaciones favoritas del doctor Moreau, entorno a la dificultad técnica de convertirse en un ser animalizado, con toda la ilusión y honestidad del
mundo nos dedica estas palabras:

… espero descubrir el lado animal o salvaje que todos llevamos dentro. Imitar los sonidos y los movimientos del gato, pero con cierta contención, ya que mi personaje, Aissa, desea más que nada en el mundo, ser completamente humana.

El desafío ya está dando sus frutos, estoy segura de que en junio, no sólo Marta, si no el resto de alumnos se van a a sorprender con todo lo que son capaces de crear gracias a la imaginación, al poder de la observación y a las repeticiones de los ensayos.

Mientras que para Miguel Ángel Cueto, uno de los caballos de batalla con los que se está
enfrentando es la temida memorización del texto:

… me gusta mucho la interpretación del texto porque me gusta leer. Pero me cuesta un poco aprenderme el texto por la falta de hábito de estudio. Lo más sorprendente y gratificante de aprenderte un texto es que luego esas palabras que aprendiste forman parte de tu vocabulario, haces tuyo el texto en tu vida diaria.

Al final, el hecho de memorizar, constituye una barrera que se supera siendo moderadamente constante, dedicándole un poquito de tu tiempo todos los días y evitando atracones de largas horas empollando texto.

Amigos en la vida real

La isla del doctor Moreauuu” es una obra coral. Hay doce alumnos encarnando muy curiosos y variopintos personajes. Todo un zoo de lunáticas criaturas, poblado por monos, tortugas, pollos, humanos desquiciados, criaturas especiales con anatomías singulares y unos cuantos experimentos más. Por el momento, nadie en la humanidad ha conseguido lo que nuestro científico loco ha hecho: hacer humanos a los animales y animales a los humanos, ¿o tal vez alguien sí que lo haya hecho? Sin duda en nuestra sociedad hay bastantes ejemplos de personalidades que parecen salidas de un experimento a medio terminar… Por lo que nos hemos atrevido a preguntarles a los alumnos quién o quiénes de los personajes de la obra, en un hipotético caso de que vivieran entre nosotros, sería su colega y, lo más importante, por qué diantres se habrían hecho amigos.

Lorena Pérez, quien hace un doble papel interpretando a los bestiales Lo-Mai, un jaguar, y a Tortuga, un ser mitad tortuga mitad elefante, demuestra su amor incondicional hacia los animales y las causas perdidas, al argumentar que quiere un poco a todos los personajes:

… todos tienen mucha miga y están muy bien construidos. Uno de los míos, Jaguar, fue el primero en romper los moldes de la sociedad y eso me conquistó a primera lectura. Además, es uno de los más fieles a su esencia, cosa que valoro mucho también. Por otro lado, sería buena amiga de Vaca por su sentido del humor canalla y por sus marinados especiales…

Esto último se explica en la obra, así que tendrán que verla para poder entenderlo, pero para arrojar un poco de luz al misterio, diremos que Vaca, cuyo verdadero nombre es Waggi, bien podría ser familiar de Tom Cruise y esa famosa leyenda urbana sobre sus gustos culinarios…

Siguiendo con amores que nadie veía venir, Susana Martínez habla de su preferencia por Edward Douglas, nuestro incauto protagonista:

… es un personaje auténtico. Dentro de toda la locura que está viviendo puede tener momentos de cordura absurda que lo hace entrañable.

Que le haga reír es la moneda con la que el personaje la ha ganado, bajo su punto de vista, la simpatía es algo fundamental en la personalidad de alguien para convertirse en su amigo. Otra cosa es que el pobre Edward, quien acaba, sin quererlo, en medio de un manicomio tropical y quien desea salir por patas lo antes posible, esté tan contento de que su situación sea cosa de guasa, pero eso es parte de la comedia, y si no le gusta haber estudiao.

La isla del doctor Moreauuu - Ensayando escena del ataque
Azzazelo atando a Aissa. Waggi y Cerdo-Hiena acechando a Cabra

Identificarse con el personaje

Entonces queda claro que lo de los alumnos es una verdadera pasión por hacer teatro y verdadero amor por la propuesta de “La isla del doctor Moreauuu”, pasión que llevan hasta el extremo de identificarse con su personaje. Es lo bonito del teatro, que a pesar de la locura y del no compartir apenas ADN con tu homólogo peludo de la isla, acabas comprobando que tienes cosas en común con todos los personajes que te puedan tocar y empatizas con rasgos de su ser, así que, sí, acabas pillándole el truco a eso de ser otro.

Inicialmente pensé: ¡Madre, un mono! A ver qué hago con este personaje…

Ese fue el primer pensamiento de Susana al ver el reparto en la primera hoja del texto de “La isla del doctor Moreauuu”, allá por un temprano mes de enero. Pero parece que, con el tiempo, a medida que los ensayos se sucedían la simbiosis se produjo:

… tengo que decir, que tiene muchas cosas en común conmigo. Es un animal curioso, observador, inquieto, muy físico toqueteando todo y esa ingenuidad incierta jeje… Con todo esto, me siento identificada. Se me ha asignado muy bien el personaje. Cada día me gusta más.

Muuuuuuuu, soy Waggdi la vaca loca de esta gran aventura.

Lo de Yolanda García ya es sumergirse con todo el equipo. Como buena actriz del método, ya no habla ella, la Vaca, Waggi, su personaje, ha tomado el control de la nave y no hay marcha atrás.

Sí, sí, me identifico con mi personaje; una vaquita sensual, provocadora, amorosa, locuela, divertida y un poco tonta.

La isla del doctor Moreauuu - Waggi, Aissa y Azazello
Waggi, Aissa y Azazello

Deben ser los ecos del mantra del doctor Moreau resonando en su cabeza, aquello del “¿cuál es la ley?”, preceptos con los que el científico insuflaba el miedo entre sus creaciones para tenerlas controladas, lo que ha hecho que Yolanda pierda la cabeza por este montaje y adore tanto a su personaje.

Preparando la caracterización y vestuario de «La isla del doctor Moreauuu»

La caracterización y el vestuario son en esta obra algo fundamental, y aunque nos ayuden las ideas estéticas planteadas en la película, lo cierto es que entraña cierta complejidad y dedicación diseñar y encontrar todo lo necesario para vestir a tres humanos y nueve animales humanoides.

Respecto a los humanoides, se trata de animales que tratan de parecer humanos, pero que en el fondo son animales, por lo que nuestros actores deben llevar pieles sintéticas mezcladas con prendas de vestir, además de complementos como hocicos, cuernos o rabos, Mucho del vestuario se hace a mano para que tenga el aspecto que buscamos, creándolo a partir de plásticos, masillas o pasta Art Attack (grande el programa de nuestra infancia) y luego siendo pintada. Otras cosas se adquieren en tiendas de disfraces o en mercadillos (dedicaremos un artículo a los tesoros que se pueden encontrar en estos lugares.). Estamos trabajando una comedia paródica, por lo que nuestros animales tienen el toque de película de serie B, es decir, muchas veces no tratamos de disimular el disfraz, convencidos de que lo carnavalesco le va como anillo al dedo a una propuesta tan disparatada.

la isla del doctor Moreauuu - Cerdo-Hienna, Assasimon y M´Ling
Cerdo-Hienna, Assasimon y M´Ling

Respecto a los humanos de pura cepa, Montgomery, el doctor Moreau y Edward, la idea es la de un vestuario veraniego salido del trópico: muchos bermudas y prendas vaporosas. Dicho así parece que estoy hablando de la pasarela de la moda de Milán, pero nada que ver, el toque cómico también ha de verse en el vestuario, así que las prendas son estrambóticas. El caso más representativo es el atuendo del Doctor, inspirados por la visión megalómana de un Marlon Brando excesivo como nunca, (fue el actor quien impuso su código de vestimenta). Nuestro Moreau irá ataviado con metros y metros de blanco lino, cubriendo un armazón digno de un luchador de sumo para adquirir el aspecto orondo y marciano que luce en la película; una visión que parece sacada de un circo ibicenco.

La isla del doctor Moreau - Ensayando una escena
Waggi, M´Ling, Montgomery, Azazello y Assasimon

En las clases se respira un ambiente festivo y dinámico, todos están atentos a las directrices y dispuestos a escuchar las sugerencias de cómo ir vestidos o de dónde encontrar qué cosa. El proceso es muy artesanal. Así vamos construyendo la estética de los personajes; poniendo todos nuestro granito de arena.

El compañerismo que existe en el teatro es sorprendente. Se hace muy sencillo todo, cosas que no se te ocurren y que son muy simples, pueden hacer que tu personaje cobre vida, sacando un poquito de creatividad.

Opina entusiasmada Susana.

Estoy convencida de que el resultado será un divertido gabinete de curiosidades del que nos vamos a sentir muy orgullosos.

Reírse de uno mismo

El objetivo fundamental de nuestra loca propuesta es hacer reír, reír con todas las ganas y con toda la ilusión de alegrarnos la existencia. Pues con la risa las penas se disipan y el mundo se ve mejor. Elegimos poner todos nuestros esfuerzos en una adaptación guasona y deslenguada del clásico de H.G.Wells, confiando en el poder de la ficción para representar todo aquello que nos inquieta y nos llama la atención, sabiendo que la ficción es un lugar seguro y agradecido para sentirnos libres de crear y reírnos de los problemas.

El arte debe estar libre de juicios morales para poder explorar los límites, ir más allá y descubrir nuevos horizontes. Después de todo, lo que se sube al escenario es una deliciosa mentira, elaborada, pactada y estudiada, pero mentira en resumidas cuentas, no existe en nuestra realidad tal cual, es un reflejo que ilustra ciertas cosas de nuestra realidad y que nos ayuda a reflexionar sobre nuestras experiencias. Lo que se sube al escenario no necesariamente se escribe o se representa buscando la representación de alguien en concreto y, aunque así fuera, en el momento en que está ubicado dentro del mundo del arte se convierte en una representación, por lo tanto no es una realidad que refleje al cien por cien a ese individuo, sino una extrapolación de uno o varios aspectos de esa persona, por lo tanto es sólo una fantasía producida por la visión de un artista, y que, en el caso de la comedia, esos aspectos elegidos por la ficción dramática, generalmente van a ser defectos de personalidad, actitudinales o estéticos que, llevados al extremo, son una exageración que produce hilaridad por su inverosimilitud.

Las tan altas expectativas de contentar a todo el mundo, el miedo a decir lo inapropiado y un extraño y generalizado ambiente paranoide, hace que la libertad de expresión esté viviendo una época complicada. Hoy en día los límites a todo lo artístico, incluida la comedia, son una triste realidad que cada vez se está haciendo más presente. Hemos olvidado que no hay mejor cura para un dolor que el saber reírse de ese dolor, que no hay mejor forma de aceptar algo negativo que el ser conscientes de haberlo sufrido. Así que, desafiando posibles tormentas y mareas embravecidas, con la bandera del humor como aprendizaje artístico y personal, nos embarcamos a surcar los mares del Pacífico Sur para descubrir los secretos de Moreau, llegando a la inevitable pregunta de ¿por qué es tan necesario saber reírse de uno mismo?

Para Susana Martínez, reírse de uno mismo se traduce en una cuestión de empatía:

… significa aceptarse a uno mismo con tus defectos y tus virtudes, aceptarnos a nosotros mismos se traduce también en que lo hagamos con los demás y eso es muy importante, en un mundo en el que parece que todos tenemos que ser perfectos y los mejores en todo.

Coincidimos con ella en que es un aprendizaje que funciona en ambos sentidos, es decir, nos ayuda a simpatizar con nuestros conflictos internos, pero también con los problemas que sufren los demás. Con esta idea del humor como terapia divertida, Lorena Pérez es positiva respecto a las virtudes del humor:

Reírse de uno mismo es un claro signo de salud mental y de inteligencia emocional, esa gran asignatura aún pendiente en la sociedad actual. Por eso, aunque siempre lo ha sido, creo que hoy en día es clave y tiene aún más valor para nuestro desarrollo personal ahora que estamos siendo más conscientes de nosotros mismos, reconociendo y gestionando mejor nuestras emociones, tan presentes en el teatro y tan ausentes en la educación.

Insistiendo que saber reírse de uno mismo son todo ventajas:

Si eres capaz de reírte de ti mismo, eres capaz de analizar y reconducir tu actitud o tu comportamiento, si consideras que es necesario y, además, el mero hecho de reír es muy sano para nuestro cerebro, aumenta las endorfinas y mejora la captación de oxígeno, entre otras cosas

Así que no lo olviden, ríanse de ustedes mismos que es gratis.

El final perfecto según la visión del personaje

A estas alturas el lector, o ha abandonado horrorizado el artículo o permanece ansioso pegado al ordenador deseando saber más sobre la loca comedia que están preparando los alumnos. Así que vamos a echar más leña al fuego del misterio, preguntándoles a los alumnos el final perfecto para su personaje. Imaginación no nos falta.

Como buena comedia, tendría que tener un final feliz, donde todos fueran felices y comieran perdices, pero esta no es una historia de chicos y chicas buenos y angelicales, aquí lo que hay son entrañables dementes y criaturas singulares.

A esta pregunta no sabría que responder.

Susana se confiesa dubitativa, su personaje, el mono M´Ling, se deja llevar y vive feliz en su mundo:

… él quiere ayudar y que las cosas salgan bien.

Así que tras pensárselo un rato y comerse un Banana Slipt aderezado con el mágico suero de Montgomery, Susana concluye:

… mi personaje visualizaría un mundo idílico…

La verdad, quién no lo haría si fuera un mono y viviera en una isla tropical. Nos ha faltado el resort de lujo y el paraíso fiscal, pero estamos en la época de las inteligencias artificiales eso siempre puede llegar.

Seguimos hablando con los alumnos, y Marta Fernández se mantiene fiel al sentir de su enamoradizo personaje, Aissa, la gatita:

Creo que el final perfecto para Aissa sería irse de la isla con Edward, transformada en humana por completo.

¿Lo conseguirá? Si es usted un amante de las telenovelas, ya tiene un motivo más para ver la obra sobre las tablas.

Si hablamos de ponerlo todo patas arriba, Montgomery, uno de los villanos de la obra, encargado de fabricar el suero, un coctel brutal de ciencia y rock & roll, que impide la regresión a animales de las bestias de la isla, tiene su propia versión del futuro ideal, habla Daniel, el encargado de brindarle piel y huesos:

Se trata de un hombre cuyo deseo es ser él el gran doctor Moreau. Él quiere tener el control de todo lo que sucede en la isla. El gran final que esperaría Montgomery es ser el gran padre de todos, para ello inyectaría un suero al doctor Moreau que lo convertiría poco a poco en una especie de morsa con sobrepeso a la cual alimentaría cada semana con unas sardinas crudas y una hamburguesa del Burguer King, y a la que obligaría a recitar la ley, su nueva ley, durante todo el día por la megafonía, así todos sabrían que es él y solamente él quien manda y gobierna la isla. Por supuesto, tendría a la gatita para él solo y a Edward lo tendría como su criado-juguete personal.

Un final desde luego muy feliz, apocalíptico, pero feliz.

Cosas a conseguir con el proceso

Todo trabajo, todo esfuerzo, debe tener sus recompensas, y los alumnos están implicándose al cien por cien en la propuesta. Esas recompensas pueden ser muchas y muy variadas, si se confía en la propuesta teatral y en el proceso de creación de la misma. Esto es el sueño de cualquier profesor de interpretación; ver cómo se sorprenden y disfrutan del proceso de creación sus alumnos, ser testigo, clase tras clase, de cómo se hacen “grandes”, de cómo superan barreras y miedos y cómo se ríen con el proceso. Soy afortunada de contar con unos alumnos que confían en las directrices que reciben y de ver cómo se lo pasan en grande descubriendo cómo sacar adelante la historia y sus personajes.

Es la primera vez que formo parte en una obra de teatro, todo es descubrimiento y aprendizaje…

Palabras de Susana Martínez:

estoy en un periodo de observación del equipo en general, que me está enseñando a meterme en un personaje, que no es humano, y a desinhibirme de manera que llego hasta a reírme de mí misma, de esta forma, soy libre para disfrutarlo y no reprimirme. Será mi obra especial a la que guardaré mucho cariño, será la no olvidada.

¡Vengan al teatro a ver «La isla del doctor Moreauuu»

Para concluir el artículo sólo me queda hacer un llamado para que conozcan mejor de lo que les estoy hablando. Estaremos en junio sobre los escenarios asturianos y es entonces cuando la fantasía se hará totalmente realidad. Vengan a conocer «La isla del Doctor Moreauuu«, tierra de los sueños húmedos de una mente que jugó a ser dios y fracasó con mucho estilo.

Alienígenas, ustedes también están también invitados:

Claramente no es un lugar representativo del planeta Tierra, pero si quieren vivir una experiencia única sería una apuesta segura y sorprendente

Opina Susana entre risas:

¡Es un paraíso cósmico!

Pueden intercambiar conocimientos con el Doctor, o quizá experimentar con él para

crear un hermoso y enorme hipopótamo

Añade Yolanda.

Marcianadas aparte, no sabemos si el lugar estaría recomendado por Tripadvisor, pero desde luego estamos convencidos de que estará repleto de teatralidad, ilusión y compañerismo.

Pero este año no estamos trabajando solamente la obra «La isla del doctor Moreauuu«, sino que otras obras my interesantes se están fraguando en nuestras clases de interpretación actoral. Una es «La ratonera«, el gran clásico del misterio de Agatha Christie, en el siguiente enlace os dejamos con más información sobre esta obra: Artículo «La ratonera«. La otra es «The sexy horror show«, una versión libre del famoso éxito «The Rocky Horror Picture Show«, para saber más de ella, échale un ojo a nuestro artículo: Artículo «The sexy horror show«.

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La isla del Doctor Moreauuu
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