Los Miserables Victor Hugo con estilo steampunk Van a hacer dos años de que se me pasara por la mente la idea de hacer una versión del clásico Los Miserables, y en este blog podéis encontrar un artículo anterior en el que escribía acerca del proyecto en el que nos estábamos embarcando (artículo anterior de Los Miserables), pero vino la pandemia y lo puso todo patas arriba. La compañía y la escuela tuvieron que adaptarse a las circunstancias; reducción de aforos, mascarillas, cierre de teatros y un largo etcétera, que, a estas alturas de la película, el lector está cansado de leer, ver y padecer. Así que tuvimos que hacer un stop, tuvimos que dejar este atractivo proyecto en stand by, con la esperanza de poder retomarlo más adelante.Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, así que, henos aquí, con las pilas recargadas, tras varios meses ya de ensayos y trabajo a nuestras espaldas, y con la certeza de que “esta vez va la vencida”. Han cambiado algunas cosas de la propuesta original, algunos alumnos tuvieron que dejar las clases porque sus vidas les llevaron por otros caminos, a ellos les estaré siempre agradecida por haber formado alguna vez parte de Viesqueswood y me encantaría que pudieran asistir como público al proyecto que estamos creando, así que, lo cierto es que aquí estamos, un grupo de personas con muchas cosas que decir, hacer y sentir para lograr que Los Miserables sea una obra de teatro compleja, bella y moderna.Teníamos que celebrar intensamente que el teatro no había muerto con el virus, y nos hemos embarcado en el empeño de actuar varias veces con este montaje. Los alumnos se subirán al escenario tres veces con Los Miserables en el mes de junio; viernes 24 en Llanera, domingo 26 en Grao y la despedida el jueves 30 en Pravia. Parte del elenco de Los Miserables Los Miserables, siglo XIX, engranajes y vapor El desafío que plantea el proyecto a nivel interpretativo y estético es lo que más le llama la atención a Yoly García, quien interpreta tanto a la sibilina esposa Thénardier como a la Reverenda madre Sor Innocence. Si bien nos movemos en un contexto interpretativo realista, los personajes son hombres y mujeres con las mismas pasiones, virtudes y defectos de la época victoriana, su vestuario y su entorno ha sido llevado a la estética steampunk. Un ambiente de ciencia ficción en el que la tecnología es la de la era del vapor, las máquinas y la industria que soñaron genios literarios como Julio Verne o H.G. Wells. Partimos entendiendo la historia original de Victor Hugo, pero nos recreamos imaginando y desarrollando un vestuario y una escenografía llenos de engranajes, cables y chapas metálicas. No en vano la novela de Los Miserables transcurre en pleno apogeo de la revolución industrial, una época de esplendor tecnológico en el que la máquina comienza a convertirse en protagonista de la historia de la humanidad, y es el estilo steampunk el que toma el vapor como estandarte del progreso, pero también del oscuro mundo que trae consigo, “estas máquinas sugieren al espectador cómo es el ambiente en el que se desenvuelven los personajes: frío, oscuro, donde se vive y trabaja en muy malas condiciones” apunta Javier Fernández, encargado de dar vida al señor Thènardier, uno de los antagonistas de la obra, mientras reflexiona sobre el posible simbolismo de la estética de nuestro proyecto: … los engranajes en los adornos y accesorios son ideales para transmitir el fatalismo que se respira en algunos pasajes de la obra: los acontecimientos parecen estar regidos por alguna fuerza superior que impide a los personajes salir del círculo vicioso de miseria y mezquindad en el que se ven sumidos, como si formaran parte de un gran engranaje que rige sus destinos. Además, la elección del steampunk, nos permite ciertas licencias artísticas para introducir elementos que no sean propios de la época, pero que encajan, tanto por sus capacidades dramáticas como estéticas, por ejemplo, un bastón con luces leds o hologramas en el juicio. “Arriesgada, anacrónica y gótica”, para Javier, son sólo algunos adjetivos con los que describir la puesta en escena. El steampunk goza de una perfecta simbiosis entre complejidad y belleza y está suponiendo un verdadero reto conseguir alcanzar esta estética de forma que se vea real e inmersiva. Son palabras de Ruso García, quien además de interpretar a varios personajes en Los Miserables, está al cargo de las coreografías de lucha de la obra y concluye con estas palabras. Tanto la directora como otros compañeros y compañeras de clase se están currando vestidos, sombreros (gorros si Jean Valjean está leyendo esto :P), calzado y ropa en general partiendo de elementos completamente neutros y casi carentes de encanto, llegando a conseguir un resultado asombroso gracias a la imaginación y a unas manos hábiles Armas steampunk en Los Miserables Un gran desafío La unión de un profundo entendimiento del personaje, de sus motivaciones y deseos, con su apariencia, atractiva, decadente y futurista, hacen un hermoso y atractivo cóctel en el que los alumnos tienen la batuta de cómo quieren lucir. Yoly García comenta lo siguiente. Con este proyecto entre las manos, me sorprende ver cómo en cada ensayo van creciendo los personajes hasta lograr que cada uno de ellos se integre en una misma historia. Siguiendo esta línea, Cristina Pérez, encargada de ser la imponente Magistrada y la escurridiza ÉponineThénardier, confiesa entusiasmada que es la creatividad y la originalidad lo que más le llama la atención: creo que las posibilidades son ilimitadas y nos permiten jugar y explorar con límites que no siempre se ven en teatro. Por su parte, Lauren Spitzhorn, Sor Simplice en nuestra ficción, se siente emocionada con la unión del grupo y la visión compartida. Todos los alumnos están cien por cien implicados, y todos proponen y ponen de su parte, investigando y vivenciando quiénes son los miserables, quiénes son esos personajes. El nivel de profesionalismo es de primera categoría. En Los Miserables, El trabajo interpretativo comenzó con ejercicios de trabajo físico, es decir, conocer al personaje desde el movimiento, desde su gestualidad y composición física. Les propuse identificar a su personaje con un material, unos escogieron metales, otros cartón, hasta bambú fue una de las elecciones. Les indiqué que pensaran que esos personajes estaban hechos de ese material escogido y que comenzaran a moverse y a “ser”, accionando desde esa premisa. Para Lauren el proceso fue un desafío: Al principio encontré esto muy difícil porque no podía expresar mis pensamientos debido a que era extranjera, pero a medida que avanzaba el proceso, me relajé y pude usar este mecanismo para fortalecer mi comprensión de mi personaje. Estamos entrenados para comprender la importancia de, no sólo conocer los pensamientos internos de nuestros personajes, sino también tratar de identificarnos con sus movimientos, su respiración y sus gestos. Sombreros y botas steampunk en Los Miserables Me he atrevido a preguntarles a los alumnos, con quién se identificaban más, si con los buenos o con los malos de la historia, y Javier Fernández, responde muy astutamente: Con los malos. En el fondo no son malos, son víctimas de las circunstancias que les ha tocado vivir. La bondad siempre ha tenido un tufo a moralina que personalmente nunca me gustó, sobre todo cuando se contrapone con la maldad. El caso más claro es la contraposición entre Cosette y Éponine. Cierto es que Cosette fue maltratada en la infancia, pero todos sus males se desvanecen cuando aparece en su vida un benefactor cual hada madrina. Éponine es una luchadora, enferma y demacrada, se conforma con recibir un beso en la frente de su amado antes de morir, esto me parece pura poesía. Sintiéndose así, resulta lógico que Javier manifieste cierta empatía por su personaje, el señor Thènardier, y que vea en su desgarrador alegato contra Valjean, una de sus mayores motivaciones a la hora de defender a su personaje, no en vano este personaje tiene una de las frases más potentes de la obra; “¡Qué fácil resulta descalificar a alguien como malo o bandido cuando tiene que luchar para conseguir lo que a otros les viene regalado por el mero hecho de existir!”. De todas formas, una de las cosas más atrayentes de la obra de Victor Hugo y lo que seguro le ha ganado su lugar en la historia de la literatura, es la delgada línea entre maldad y bondad, la inevitable cuestión de si un hombre nace malvado o se convierte en tal ocupa las discusiones de nuestros sabios y de nuestro día a día y es un asunto brillantemente abordado en Los Miserables. Por eso, la historia de Valjean, un ser que lucha por escapar de un nombre impuesto, el de delincuente, el de pecador, el de mal hombre, es la lucha de todo ser vivo con preocupaciones morales. Siendo una hermosa norma en la novela, y en este caso en nuestra obra de teatro, que todos los personajes tengan luces y sombras, todos albergan en su interior cualidades buenas y cualidades atroces. Incluso los Thènardier, aún siendo los malos de la historia, los ladrones y maltratadores de Cosette y los que precipitan el destino fatal de su madre Fantine, son una familia de supervivientes que se aman y protegen los unos a los otros. Nos podemos identificar con su miseria, con ese estado del ser en el que no importa lo que se haga que siempre le estará persiguiendo el dolor y las dificultades, pero también podemos identificarnos con la lucha de ese ser por salir adelante, sean cuáles sean sus medios. Por lo tanto, ¿pueden los alumnos identificarse con sus personajes? La respuesta para Pablo Valdés, quien tiene el peso de ser nuestro Jean Valjean, es fácil; un rotundo sí. El personaje protagonista sufre una verdadera metamorfosis a lo largo de la historia. … de ser un forzado recién salido de prisión, que desconfía de todo el mundo y cuyo único medio de expresarse es la violencia, se convierte con el transcurso de la historia en un hombre justo y bueno cuyo propósito es el de hacer el bien e impedir el sufrimiento de las personas. Es de esta manera, en la que Valjean se ha convertido en el arquetipo del héroe romántico, aquel que lucha contra sus turbaciones con profundos sentimientos y pasiones inconfesables, y, por qué no decirlo, el arquetipo de ese ser humano que, oprimido por una sociedad prejuiciosa, es capad de cambiar para salvarse a sí mismo. La comunión con su personaje estaba clara desde el principio. … personalmente, yo he pasado por ciertas situaciones bastante difíciles que me hicieron afrontar alguna temporada marcada por unos sentimientos, digamos, basados en el rencor y la ira. No fue sino con el transcurso del tiempo, que me di cuenta de que aquellos sentimientos no conducían a nada. Hoy, meconsidero una mejor persona y siempre estoy dispuesto a tenderle la mano a quien lo necesite. Parte del vestuario y atrezzo de Los Miserables Otros miembros del grupo, como Raquel Aláiz, siente un apego especial hacia su personaje, Fantine: … la angustia y la desesperación que ella siente ante las adversidades e injusticias por las que pasa, logra sacar algo personal, por ello, el trabajo en este personaje hace que le dé más vida aprovechando mis miedos, ansiedades y angustias, aunque no tengan la magnitud de laos suyos. Y es que Fantine es la joven que, abandonada cuando está embarazada, debe ocultar a su hija, dejándola al cuidado de los Thènardier, quienes maltratarán a la niña y le pedirán sumas desorbitadas por su manutención. Cuando el secreto de Fantine es descubierto, es expulsada de la fábrica propiedad del Alcalde Madelaine, una personalidad falsa de Valjean, sesgando toda posibilidad de llevar una vida tranquila, sin recursos, tras venderlo todo, incluidos sus dos únicas riquezas “el oro de sus cabellos y las perlas de sus dientes”. Fantine acaba siendo prostituta, mujer pública como dicen en la novela, y centrará en la figura del Alcalde todo su odio y rabia. Una de las maravillas que ofrece la convención teatral es permitir que una misma actriz encarne a la madre y a la hija en una misma función. Así podemos asistir,por un lado, a la similitud física de quienes son parientes, y por otro, a una especie de justicia poética, por la cual la hija puede disfrutar y convertirse en todo aquello con lo que soñó su madre. Cosette, la hija de Fantine, gracias al cuidado y a la protección de Valjean, logra disfrutar de una vida llena de lujos y amor. Amor de un padre adoptivo al principio, y amor romántico del soñador Marius, quien se convertirá en su marido. Curiosamente, para Raquel es la palabra “caprichosa” la que primero sale de su boca al pensar en Cosette: Pero creo que hay mucho detrás de eso. Cosette se olvida de las penurias que pasó de niña y se convierte en un ser privilegiado que siempre quiere más. Y es que, si bien, Cosette encarna la dulzura y la frescura de la inocencia, con esas ganas enormes de conocer y ser libre, es también una jovencita que vive al margen de las miserias de los demás, por lo que, como comentamos previamente, ella también tiene sus luces y sus sombras. Con todo, es lógico recrearse reflexionando sobre los múltiples mensajes de la obra, para Julia Tovar que interpreta a la Condesa de Anglés, tener una obra tan potente entre manos nos permite meditar acerca de cuestiones vitales en la vida del ser humano; la cuestión de que todos podemos reinventarnos, la prevalencia última de la fe, entre otras, pero para Julia las principales cuestiones serían dos … que no tenemos que juzgar a las personas por su pasado y que todos merecemos una segunda oportunidad. El teatro nos permite descubrir Como profesora es reconfortante cuando los alumnos te confiesan que el proceso ha despertado en ellos otros intereses e inquietudes. Por ejemplo, Yoly García me comenta que el trabajo que se está realizando con Los Miserables ha despertado en ella cualidades que desconocía de sí misma: ha potenciado mi imaginación para poder lograr de la nada lo que la obra requiere; vestuario, escenografía, objetos de adorno… Hasta el último detalle. Ruso García se siente sorprendido de la versatilidad alcanzada en estos meses de ensayo: … todo este proceso ha intensificado mi gusto por la electrónica y ha despertado un gran interés en algo en lo que no tenía experiencia y que ahora, por vicisitudes de la vida, ha coincidido perfectamente en tiempo con Los Miserables: la impresión 3d. Algunos elementos de esta obra se están imprimiendo, algunos están ya impresos y preparados, y es genial ver cómo algo puede ir tomando la forma exacta que tú quieres y cómo eso puede formar parte de una narrativa visual dentro de una obra de teatro. Eso es, simplemente, mágico. Máscara y brazo impreso en 3D Para él, trabajar en algo que te apasiona siempre va a provocar que quieras aprender más: … estar en Los Miserables ha hecho que me acerque a unos personajes profundos y complejos y el hecho de ir dándoles forma ha incrementado mi interés por dar vida y forma a un personaje, actoralmente hablando. Gracias a esta obra trato de agrandar y evolucionar a los personajes y trato, otra cosa es que lo consiga, de ser capaz de transmitir a través de ellos directamente, olvidando que yo existo cuando estoy en escena. Para Pablo Valdés hacer teatro se ha convertido en una herramienta muy poderosa; creatividad, empatía, vencer tus miedos, son conceptos que se magnifican ejercitando el músculo teatral. Al tener que ponerse frente al público, el actor puede lograr vencer miedos tan importantes en este siglo como la timidez, vencer los complejos que uno pueda tener y sobre todo refuerza muchísimo la autoestima. Raquel Aláiz, destaca “compromiso y amor por el arte” como dos pilares que el hacer teatro le está aportando, sintiéndose afortunada por el proceso de crecimiento personal por el que está pasando. Tenemos muchas ganas de subirnos al escenario, hemos puesto muchas ganas, esfuerzo e ilusión en un proyecto que creemos va a sorprender al público. Cristina Pérez apunta: Los Miserables es una obra que todo el mundo conoce y ha visto probablemente alguna vez, ya sea en la televisión, en el teatro o en su versión musical. Sin embargo, el público se va a encontrar con una versión, sin duda, muy diferente a lo que conocen (…) Es una obra para ir de sorpresa en sorpresa. Los Miserables, un precioso proyecto Los Miserables se ha convertido en un desafío profesional con el que me siento muy feliz y tengo la intención de llevarlo a buen puerto. Quiero agradecer el profundo compromiso y cariño de mis alumnos y todo lo que se están involucrando. “Estamos poniendo toda la carne en el asador” y esperamos que resulte verdaderamente jugosa y enriquecedora. Creo que un buen resultado teatral puede surgir, no sólo de una buena idea, sino de personas que se implican y que trabajan intensamente conforme a unas correctas directrices y que se arriesgan, superando sus prejuicios y sus miedos. Por eso el teatro es enriquecedor yterriblemente necesario ante la incultura y la cultura de la negación y la censura. Además, considero que reversionar a los clásicos con los medios y la experiencia que tenemos hoy en día es algo que debemos hacer periódicamente, respetando, eso sí, su razón de ser y los ideales con los que nacieron. Sin duda, hay mucho que aprender de ellos. Cierro el artículo con las palabras de Lauren: … el mensaje de Los Miserables nunca morirá (…) Siempre habrá gente buena y gente mala, pero la vida puede ser hermosa. A pesar de vivir la tragedia de los demás, este dolor es lo que nos hace más fuertes. Antes de cerrar el artículo, querría invitaros a todos a que estéis atentos a nuestras redes sociales (Facebook Instagram Twitter) y en nuestro canal de Youtube, donde pronto estarán disponibles los teasers de las obras teatro de nuestros alumnos de este año ¡Viva el teatro! Los MiserablesComparte este contenido con tus amigosFacebookLinkedinTwitteremail