Hace unos días entrevisté a Sor Angustina, una monja líder de una congregación de nombre desconocido que lucha contra el mal en todas sus formas y que ahora nos traen un espectáculo muy jugoso… Llego a la entrevista lleno de expectación y curiosidad. No todos los días se tiene la oportunidad de entrevistar a una orden religiosa, de sobra es sabido el misticismo y la clausura con la que la mayoría de ellas viven, pero, además, que éstas sean integrantes de un grupo de rock pone el listón muy alto. Angustina y su espectáculo Me gusta ser una monja «Me gusta ser una monja” es el experimento rockero con el que Sor Angustina y sus compañeras han sorprendido al mundo. Una suerte de canciones pop y rock elegidas bajo el dogma cristiano… O tal vez no. Sor Angustina, la reina del religiosus rock, la mamma del escenario, la humilde monjita a la cabeza de este grupo rockero, es una mujer con ganas de cambiar el mundo. Su fe y su amor ciego por los preceptos de Chusín, el salvador, la han llevado a dirigir este show didáctico y evangelizador. «El rock and roll ha cambiado mi vida y es justo y necesario que sea compartido con todos nuestros fans» decía llena de emoción «además que, vidina, a mí encántame pegar glallidos.». No es la primera cruzada iniciada por esta congregación de nombre desconocido, este periodista no ha podido averiguar si es motivo de alto secreto o bien porque se les olvidó ponerle uno. «Mira es que cuando la patrona se puso a buscar uno, resultó que ya estaban cogidos todos… Yo no sabía que había tantas vírgenes ni religiosas hasta el mismo día que me metí en esto, vidina, resulta que si existe la sagrada trinidad porque hay tres en uno, pues en el casu de les monjes debería decise que hay más de veinte en uno… Que si la virgen de los remedios, la del sagrado corazón, la de los mártires…» apunta Sor Angustina, faltándole dedos en las manos y en los pies. Cartel de «Me gusta ser una monja« Pues bien, como decía, el show “Me gusta ser una monja” no es la primera rompedora iniciativa de estas monjitas, quienes además de dedicarse a sus labores desempeñan un impagable trabajo para la comunidad. La congregación ya es famosa por ser la abanderada avanzadilla contra las fuerzas del mal. Hay entre sus quehaceres un departamento que lucha contra las criaturas y los monstruos de este y del otro mundo. Sor Angustina nos cuenta con orgullo que donde quiera que haya un problema de infestación de zombies, ataques de hombres lobo o cucarachas voladoras, ahí estarán ellas, eso sí, siempre bajo cita previa. «Somos rápidas, limpias y baratinas… Que con los tiempos que corren, la pela es la pela….» «Pero yo he venido a hablar de mi concierto» se impacienta la monjita; quiere dejar muy claro que ellas son unas profesionales de la canción y que están preparadas para cualquier inclemencia musical posible. Pero Angustina no está sola en esta cruzada… El conjunto musical lo componen, además de la ya mencionada Sor Angustina, la muy discreta y recatada Sor Asustadina, la siempre ambigua Sor Androgina y el padre Sam, cual solemne pastor del simpar cuarteto. «Queremos que la gente goce de felicidad, que se regocije en el ambiente festivo de la comunión del espíritu que tiene la música» comenta el padre Espino, quiero decir, el padre Sam, lleno de orgullo y satisfacción. Ese ambiente festivo se debe al azote musical de los acordes de la guitarra de Sor Androgina, a la experiencia exótica del repertorio de Sor Asutadina y a los vibrantes coros y a la voz aflautada y electrizante de la cantante, Sor Angustina. «Nosotras no destrozamos canciones, les insuflamos un aire místico lleno de bondad, luego el padre Sam, que es el DJ, las pasa por el torno y salen perfectas.». ¡Dios bendiga el Autotune! «¡Nada de eso!«, me espeta Sor Angustina, «…nosotras somos cien por cien naturales, nada de playback ni eses coses modernes. Abrimos la garganta y por ella nuestro señor canta benditamente.». Y es que estas religiosas se atreven con éxitos de Iron Maiden, de AC-DC, de Enrique Iglesias, las Vulpess… «…mezcla ecléctica, fusión de lo antiguo y lo moderno. De lo pagano y lo religioso…hemos descubierto que podemos cambiar cualquier letra de una canción por la palabra monja» añadía una emocionada Sor Asustadina, «No se trata de cambiar sino de dejar que fluya la verdad espiritual tras las letras de las canciones» corregía Angustina tras una mirada intensa a su compañera. Sor Androgina, el miembro más reciente de la congregación, combina su excelente sentido musical con la ternura de sus palabras. «Estamos llenas de buenos deseos y queremos que el mundo nos conozca por el amor con el que emprendemos todo lo que hacemos. Yo que tengo un fuego interior muy alto, lo canalizo a través de la música. No importa lo que seas, no importa lo que parezcas, ven a sentir con nosotras la fuerza del rock and roll. ¡Qué viva el poder de la @!.». Para que conozcáis un poco más sobre este espectáculo, podéis echarle un vistazo a la página de Producciones Viesqueswood, justamente en el siguiente enlace: Me gusta ser una monja. Hasta tiene canal de YouTube Sor angustina tiene su propio canal de YouTube, aquí podéis ver sus andanzas pasadas y podréis disfrutar de sus andanzas futuras. Esti ye el mi canal del yutube, visitailo vidines. Tras conocer un poco más a las integrantes de este prodigio de la religiosidad, me voy con las ganas de ver y oír más sobre Vida y milagros de Sor Angustina, la epopeya audiovisual que lo inició todo. Permaneced atentos al influjo de estas monjitas, cada concierto es único, cada concierto es una experiencia religiosa. Entrevista sor angustinaComparte este contenido con tus amigosFacebookLinkedinTwitteremail